Tras no aprobarse la junta de accionistas debido a una anulación muy polémica. Esta anulación se produjo argumentando que la empresa estaba en quiebra y por tanto en concurso de acreedores, y ya los accionistas no podían celebrar juntas, eligiendo un administrador concursal, Ernest and Young, que se vendieron supuestamente al actor principal que controla todo este proceso, el Banco Santander. El presidente de aquel entonces, Juan Pablo López Bravo y sus consejeros se embarcaron en intentar el rescate con un fondo americano que supuestamente había sido contratado por el Banco Santander para realizar la disolución de la empresa y vender aquello que tuviera valor, intentando dejar a 0 a los accionistas, aquellos que depositaron su confianza en la empresa años atrás y que contaban con la mayoría. El Santander apenas llega al 3% tras su decisión de vender sus acciones que llegaron al 21% muy por debajo del precio que debería tener pero muy por encima del precio que cotizaba tras su salida de la bolsa española, 0,0061 euros la acción. Recordemos que el banco Santander vendió sus participaciones entre 1,5 céntimos y 6 céntimos. Esas participaciones fueron concedidas tras la primera gran dilución del valor que paso de 20 céntimos a los 2 céntimos en su apertura en bolsa. Como compensación fueron dadas un 50% de las nuevas acciones bajo la tutela de Sebastian Albella quien dejo el puesto muy oportunamente tras la suspensión en bolsa de Abengoa en 2020.
Y es que en este escándalo, uno de los muchos por cierto del mercado continuo español, hay muchos actores implicados. A partir de la oferta de Terramar y el no quorum necesario de los accionistas y tras una denuncia en verano por no convocar junta de accionistas para presentar los resultados de 2019, algo insólito en la bolsa española que no ha pasado con ningún valor se decidiría convocar una junta extraordinaria en Septiembre 2021.
En esta junta de accionistas salio elegido presidente con el 23% de los sufragios Clemente Fernández y su socio Martínez Tieso, representante de los accionistas. Tras la junta habría una nueva para retirar a los consejeros que habían puesto deliberadamente para obstaculizar el deseo de los accionistas. Aún así aún queda el administrador concursal elegido por la antigua dirección.
Tras finalizar el año la propuesta realizada por Terramar, el fondo américano ha caducado, y se esta esperando alguna propuesta en firme por alguna empresa española que de cierta garantía al proceso ya que esta empresa es estratégica para España, dedicada a energías renovables, y desaladoras así como tratamiento de aguas. La SEPI que es el fondo español para empresas tan afectadas como Abengoa esta a la espera de conceder bastantes ayudas a empresas como Abengoa como pueden ser Técnicas Reunidas.
En el aire también queda una demanda contra el ex-presidente de Abengoa González Urquijo y sus consejeros, responsables de la situación en la que se encuentra y que tras el fracaso que han realizado, fueron fichados por otras empresas del IBEX como Talgo para González Úrquijo. El fracaso en parte ya que el Banco Santander que supuestamente lo puso ha recibido muchisimo dinero en concepto de intereses de préstamos altos tras la restructuración de 2017.
Así las cosas esperemos que se llegue a un acuerdo entre accionistas, acreedores, bonistas, el estado y el socio nuevo que entre para lo mejor posible para todos los implicados y que los trabajadores recuperen la normalidad ya afectada por toda la pandemia del covid. Justamente han padecido la pandemia y todo el problema de su empleo aún sin resolver, esos los que han aguantado porque muchos han decidido marcharse. Este año 2022 será clave para la empresa tras dos años de parón de nuevos proyectos.
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