A finales de diciembre sucedió al último acontecimiento del año en la unión europea.
El referéndum de Italia tenía como fin reforzar el poder del ejecutivo y evitar la ingobernabilidad del país que ha imperado durante años.
Y es que en Italia el parlamento está demasiado fragmentado y para cambiar ciertas leyes a veces no es suficiente con la mitad del parlamento como sucede en España.
Esa mezcla de partidos y contrastes muchas veces hace que haya medidas que no se puedan ejecutar por la cantidad de corrientes dentro del partido.
A mi modo de ver es entendible que se suprimiese el senado pero más que primar al primer partido que saliera elegido lo que haría falta es poner una segunda vuelta para elegir al presidente entre dos o tres candidatos.
Mateo Renzi, un joven político socialdemócrata se la jugo de esta manera para seguir su mandato. Un mandato en el que ni siquiera fue elegido y es que la media de años de los presidentes en Italia es de 1 año.
Renzi en este caso tenía todas las de perder aun siendo uno de los pocos que genera menos rechazo por parte de la población.
Se encuentra entre medias de los políticos que llevan en su programa continuar con la vieja Italia como Berlusconi o la Liga Norte, o aquellos que quieren destruir todo lo construido durante años como el Movimiento Cinco Estrellas de corte antieuropeo.
Además también era rechazado su plan por una gran cantidad de partidos de izquierdas que ven en las medidas propuestas por el referéndum el fin de tener un papel en el parlamento de bisagra que tanto daño ha hecho en muchos países.
Así pues tras el rotundo fracaso del referéndum, apoyado en su mayoría por gente con una vida estable como la población más mayor, y algunos socialdemócratas o algunos jóvenes que quieren dar una oportunidad a un cambio.
Renzi dimitió como había prometido y dejo a Italia como estaba, pero con un problema bancario y económico difícil de resolver.
Nada más dejar el cargo fue remplazado y se esperan elecciones al año que viene.
Elecciones que pase lo que pase no conseguirán terminar con el problema que sufre Italia.
En los mercados hubo una tenue respuesta a la baja tras conocer los resultados y es que ya se descontaba la derrota del Renzi. Pero lo que nadie se esperaba es que tras el fracaso a los dos días los principales índices europeos subieran con fuerza.
Esto fue debido en gran medida a las palabras conciliadoras y esperanzadoras del presidente del BCE, Mario Draghi que prometió inyectar dinero a los bancos afectados para su posible rescate, y dar a entender que pasase lo que pasase el referéndum no iba a tener un gran peso en caso de no fraguarse.
Si nos fijamos en el siguiente gráfico podemos ver como el resultado negativo del referéndum estaba descontado de los mercados, si bien el euro el día previo subió con la esperanza de que pudiera dar un cambio brusco.
Esto se debe a que en ese caso el euro se hubiera disparado mucho ya que no hay una noticia positiva de la zona euro de algún evento desde hace mucho.
Una vez terminado se vio como el índice MIB italiano continuo con la senda alcista que ya había comenzado los dos días de antes.
El mercado italiano apenas había subido frente a otros índices tras la victoria de Trump por la incertidumbre en torno al referéndum.
Dicho esto, en 2017 se esperan elecciones en Italia, donde una victoria del Movimiento 5 Estrellas sí que podría afectar muy negativamente al euro y a los mercados y una inestabilidad política podría frenar las alzas que se produzcan.
Eso sumado a las ya sabidas elecciones de Francia y Alemania y a las posibles elecciones griegas hace que 2017 será también un año muy volátil en la renta variable europea.
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